Adiós a la Hermana Rosemary, el “ángel de acero” de Chicago

Chicago está de luto por la muerte de la Hermana Rosemary Connelly, la monja visionaria y de voluntad férrea que durante más de 50 años lideró Misericordia Heart of Mercy, transformándola en un referente nacional para el cuidado y la dignidad de personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo. Falleció el viernes a los 94 años.
Chicago, IL – La Hermana Rosemary Connelly, a quien un exalcalde describió una vez con una mezcla de temor y admiración, y a quien las familias llamaban su «salvadora», ha fallecido, dejando un legado imborrable en la ciudad de Chicago. Su muerte, anunciada por la fundación Misericordia, marca el fin de una era de defensa incansable de los más vulnerables.
Nacida en Chicago en 1931, Connelly se unió a la orden de las Hermanas de la Misericordia y en 1969 fue nombrada administradora de Misericordia. En ese momento, la institución ofrecía cuidados limitados. Lo que construyó en las siguientes cinco décadas fue nada menos que un milagro de fe y determinación.
Una Vida de Servicio y «Acero Estructural»
Bajo el liderazgo de la Hermana Rosemary, Misericordia pasó de ser una pequeña instalación a un campus de 31 acres en el barrio de West Ridge, que hoy atiende a más de 600 niños y adultos, proporcionándoles no solo un hogar, sino una «vida que valga la pena vivir».
Su filosofía era revolucionaria para la época: no se trataba solo de albergar a las personas con discapacidad, sino de darles educación, terapia, trabajo y, sobre todo, una comunidad que los amara y respetara. Creó programas de autoayuda, terapia del habla y física, y más tarde, empresas sociales como un restaurante y una panadería que daban empleo y propósito a los residentes.
Era conocida por su tenacidad. La periodista Carol Marin, cuyo hijo ha vivido en Misericordia durante 24 años, la describió perfectamente: «La Hermana Rosemary parece una dulce monja de pelo blanco hasta que te das cuenta de que está hecha de acero estructural». Era una recaudadora de fondos formidable y una defensora que no temía enfrentarse a los políticos más poderosos de la ciudad para luchar por sus «hijos».
«Ella salvó nuestras vidas. La vida de mi hijo, las vidas de nuestra familia. Cumplió una promesa increíble de que nuestros hijos tendrían una vida que valera la pena vivir». – Carol Marin, periodista y madre de un residente de Misericordia.
Un Legado de Amor y Dignidad
El impacto de la Hermana Rosemary es incalculable. En 2023, recibió la Medalla Laetare de la Universidad de Notre Dame, el honor más prestigioso para un católico estadounidense, en reconocimiento a su labor.
El Padre Jack Clair, actual presidente de Misericordia, la llamó «el corazón y el alma» de la organización. Las familias de los residentes la consideran una «santa viviente» que obró milagros diarios.
La Hermana Rosemary Connelly se retiró como directora ejecutiva en 2021, pero su espíritu y su visión continúan guiando a Misericordia. Su fallecimiento ha provocado una oleada de homenajes de toda la ciudad, desde líderes cívicos hasta las miles de familias cuyas vidas tocó profundamente.
Los servicios funerarios se llevarán a cabo la próxima semana, con una visitación el lunes en Misericordia Home y una misa fúnebre el martes en la Catedral del Santo Nombre, un último adiós para una mujer que fue, para muchos, la encarnación de la compasión en acción.
La Verdad Yucatán